El embalaje es un elemento estratégico para su marca. Desempeña una gran variedad de funciones. Entre ellas figura la protección, la seguridad, mejora la facilidad de uso, el aspecto atractivo, el diseño óptimo y los requisitos específicos de cada cliente, por citar solo algunas. Como fabricante o distribuidor de productos de gran consumo, usted está sintiendo la presión de los consumidores que quieren entender sus embalajes, por dentro y por fuera, por no hablar del aumento de las regulaciones ambientales procedentes de los distintos organismos legisladores. Todo esto le lleva a replantearse fundamentalmente sus sistemas de envasado para cumplir con las nuevas normativas y con las preocupaciones de los consumidores en materia de sostenibilidad: reciclabilidad, contaminación, gasto energético, biodegradabilidad, reutilización, durabilidad, etc.
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